martes, 8 de noviembre de 2011

EL DON DE LA PALABRA DE SABIDURÍA.




Myer Pearlman describe en su libro, los Dones del Espíritu, le aconsejo leerlo y sacar por comparación su propia conclusión.
Para encontrar una descripción precisa del carácter y operación de la palabra de Sabiduría, analicemos las palabras del hermano Horton: "La palabra de Sabiduría es la revelación sobrenatural por el Espíritu Santo, de propósitos divinos; la declaración sobrenatural de la mente y voluntad de Dios."
La palabra de Sabiduría no es únicamente expresada en decir cosas del futuro, sino también en las instrucciones que Dios da a los hombres, que vienen de Su conocimiento del futuro.
Dios prepara a los hombres para el futuro con las instrucciones como deben seguir en ciertas circunstancias.
Fue por este Don que Moisés recibió los diez mandamientos, y las ordenanzas dadas en el libro de Levítico.
La Palabra de Sabiduría puede ser manifestada:

    • POR LA VOZ DE DIOS.
    • EN UN SUEÑO.
    • EN UNA VISIÓN.
    • POR PROFECÍA.
    • .........................? (Sólo Dios sabe las diferentes formas de manifestarse)
Tenemos en La Palabra de Dios; La Biblia, ejemplos de cada una de estas formas de revelación.
Dios usó el Don hablando a Noé, ver en: Génesis 6:13, cuando quería avisar al pueblo del peligro que
Iba a venir sobre el mundo.
Otra vez avisó a Lot del peligro que iba a venir sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra, ver en: Génesis 19:12,13. Vino esa vez la Palabra de Sabiduría por la voz de un ángel.
En los hechos, capítulo diez, vemos otra revelación del mismo Don, cuando Dios muestra a Pedro por medio de una visión que debe llevar el mensaje del evangelio a los gentiles que iban a venir a su puerta.
Debemos distinguir claramente entre la Palabra de Sabiduría y la de Ciencia. Son parecidas, sin embargo operan en dos esferas separadas.
La Palabra de Ciencia es una revelación de sucesos pasados o presentes, fuera de nuestro conocimiento natural, en cambio la Palabra de Sabiduría revela los propósitos de Dios en cuanto
a cosas, personas, etc. e instrucciones en cuanto al futuro.
LA PALABRA DE SABIDURÍA NO ES UN DON DE SABIDURÍA. Es una Palabra de la Sabiduría de Dios en circunstancias especiales y el hecho de que no es solamente un mayor desarrollo de la
sabiduría humana se ven en las instancias de su uso en la Biblia.
SÓLO DIOS TIENE CONOCIMIENTO DEL FUTURO y cuando da a un hombre la posibilidad de ver este futuro y como debe afrontarlo, se ve claramente que es una revelación de una pequeña parte de la Sabiduría de Dios.
Ha sido confundido este Don con un alto grado de capacidad intelectual, pero no era la sabiduría de Pablo que reveló a él los detalles de la Venida del Señor Jesucristo, como está escrito en: 1ª Tesalonicenses 4:16.
Pablo era un hombre sabio y conocía las Escrituras, pero esta sabiduría en cuanto a la Venida del Señor Jesús, no vino de capacidades o cualidades naturales, era todo un milagro de revelación dada por Dios. Un hombre sabio con un conocimiento profundo de las Escrituras puede conocer la voluntad de Dios ya revelada en la Biblia, pero para declarar la voluntad de Dios no revelada en La Palabra
y conocer sus propósitos escondidos, aparte de la Palabra, uno debe recibir la Palabra de Sabiduría
milagrosamente de Dios.
La manifestación de este Don puede variar de acuerdo con el lugar que ocupa el que lo recibe o con su personalidad, Daniel recibió información de los asuntos de Estado, en cambio Ezequiel supo de las cosas espirituales tocante a la restauración de Israel. Ya que la información recibida no depende de ninguna facultad natural, puede ser recibida por un niño como Samuel o un esclavo como José.
En nuestro presente siglo, especialmente entre los que reconocen lo sobrenatural y el poder de manifestaciones del Espíritu Santo ha habido numerosos incidentes de la operación del Don de la Palabra
de Sabiduría. Ocasiones cuando han venido avisos de peligros venideros, instrucciones en cuanto a pasos a tomar y revelaciones del futuro.
Una hermana sintió un llamamiento misionero pero no sabía a donde ir. Orando a Dios, vio un cierto puerto y muchas caras de niños chinos. Enseguida se dio cuenta de que tenía que ir a la China. Al llegar allí desembarcó en el mismo puerto que había visto en el sueño.
"Dios es el mismo hoy... ayer... y por los siglos."
Amén.

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