martes, 8 de noviembre de 2011

la ley del mundo.



de Maria Esther Hernandez Molinares, el Martes, 08 de noviembre de 2011, 13:09
Ley:    Conjunto de normas establecidas por una autoridad que regula, manda o prohíbe algo.
“Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; Porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno” Isaías 24: 5.
El mundo, la sociedad del hombre y su proyecto final, la globalización, no tienen en cuenta a Dios. El resultado de este proyecto humano que no cuenta con Dios, o cuando se Le menciona es para matar, dañar en nombre de la religión y dominar a las multitudes, es bien patente, oponiéndose al mensaje de la ley; el hambre, las guerras y la búsqueda del poder y la ganancia económica sin importar las vidas del prójimo. Todo lo contrario a lo que nos enseñan los Diez Mandamientos, a amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos; de esto carece hoy la sociedad.
Sempiterno:   Que dura para siempre, que siempre sucede de la misma manera; eterno, perpetuo, perdurable, para siempre.
En toda la palabra de Dios se denuncia este quebrantamiento de la ley y las consecuencias están haciendo estragos en toda la tierra, y estamos a la expectativa de grandes desastres y escuchamos de predicadores con el mensaje de angustia y premura del Espíritu Santo, buscando corazones dispuestos que digan (de corazón) heme aquí envíame a mi, y es cuando el Señor dice:
“Y por un profeta Jehová hizo subir a Israel de Egipto, y por un profeta fue guardado” Osea 12: 13.
Y esto nos lleva a Moisés:
“La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros. Así lo hicieron todos los hijos de Israel; como mandó Jehová a Moisés y a Aarón, así lo hicieron. Y en aquel mismo día sacó Jehová a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos” Éxodo 12: 49 al 51.
Y aquí está la pregunta: ¿Por qué habiendo tantos ministerios, cada cual proclamando su propia doctrina, la tierra sigue dando testimonio del pecado? la gente en yugos de violencia, de drogas, de maldad, de pobrezas, de gobiernos injustos haciendo y buscando su propio beneficio y en yugos de servidumbre de los impíos, y no tenemos mas que buscar la repuesta de Dios y  a través del grito de angustia del Santo y divino espíritu santo nos responde y nos dice:
“Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición la tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su valentía no es recta” Jer 23: 10.
Y en esta repuesta esta la verdad: Hemos tomados sendas y caminos equivocados y en vez de traer bendición en nuestro entorno, buscamos culpables y los señalamos y nos acusamos el uno contra el otro y aquí vemos el quebrantamiento del  primero y segundo mandamiento:
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado” San Juan 15/12.
Y  tropezamos en el primer mandamiento; El amor no es lo que usted dice o sienta, el lo que se hace a favor de su prójimo, que es hecho a la imagen de Dios
No remediamos nada acusando, condenando, ya tenemos quien lo haga: ¿De quien somos hijos o siervos, del acusador o del Dios que pide amor?

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, Contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Efe 6: 12.
Es el tiempo en que nos paremos en la brecha, con Moisés, con Cristo de la mano, poniendo por obra la ley del Altísimo.
“Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día De hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” 2 corintios 3: 14 al 18.
Hablar de la ley, del labio para afuera, no produce nada, pero cuando lo hacemos de corazón, de hechos y obras, es cuando verdaderamente produce algo que aún está por verse, porque el Señor lo está anunciando, y es a través del nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espiritu del Señor quien es que nos da las soluciones para la salvación y sanidad de la tierra, oiga; Dios es Dios de vivos y necesita obreros que pongan por obra lo que dicta la ley.
“¿Cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espiritu?” 2 corintios 3: 8
Antes cuando escudriñaba las escrituras, no entendía nada, pero cuando moría a los frutos de la carne y me abstenía  de lo mío, para hacer la voluntad del Señor, a través de los sacrificios de Paz, de alabanza cuando era avergonzada en publico por los mismos lideres de la iglesia, y dejaba pasar las afrentas por cumplir en lo secreto por el Señor fue cuando recibí verdadera interpretación de la ley y aún espero mas y mas del Señor.
“Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira” Sal 40: 4.
Todo tiene su cumplimiento, todo se compra pagando un precio, y es ahí cuando esas bienaventuranzas se hacen visibles y evidentes, Hermanos amados del Señor, no pongamos nuestra mira en los demás, sino en Jesucristo y hagamos como el Hizo y cosas sorprendentes vendrán a nuestra vida; Revelación de la ley,  y a través de la practica es cuando cosas sobrenaturales suceden y una de ellas es llevar al pueblo de Dios a la tierra prometida, es tener nuevos cielos y tierra nueva donde more la Justicia, es cuando el Señor se ve forzado a cumplir por amor a su propia ley, y nos da las promesas que tanto anhelamos: Perdón y Sanidad para la tierra y que sea exterminado todo yugo de maldición sobre nuestras heredades.
Oremos por la misericordia del Señor; busquemos su rostro, no en visión sino en nuestro prójimo mas necesitado, obremos con justicia con lo referente a nuestros hermanos que son personas que como nosotros necesitan mas del Señor y busquemos la paz, los unos con los otros, no juzgando por apariencia, recordando que la fe no obra en lo visible sino en lo invisible para hacerse patente, real y visible según lo que hayamos creído.
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos” Sal 19: 7 al 9.
“Tu siervo es además amonestado con ellos; En Guardarlos hay grande galardón” Sal 19: 11.
¿Que galardón queremos? Queremos que nuestro amado Dios sea conocido por todos, que el temor sea nuestro guía, que se manifieste el reino de Dios sobre toda la tierra por medio de Jesucristo y de sus siervos fieles y santos que guardan los mandamientos del Señor y que en sus bocas no sea hallado mentira. Apo 14: 1 al 5.
Queremos ser de los que no desmayamos, sabiendo que veremos nuestra recompensa en la tierra de los vivientes, sabiendo que poderoso y omnipotente es nuestro Dios que todo lo puede y nada hay imposible para el. Nuestro Dios se llama: Jehová de los ejércitos y queremos interpretar su ley y ponerla por obra y ver esa libertad que trajo antes en su pueblo y ahora que sabemos que nuestro Dios es el mismo de Abraham, Isaac, Jacob e Israel ¿Por qué dudar que nos entregue nuestra heredad para gobernar sobre ella a través de su ley perfecta? Apo 21: 1 al 27.

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